Editorial,  FGDRC,  INSURRECCIÓN

HISTORIAS DE PARACOS

Comandante Antonio García

El paramilitarismo es mundial histórico que atravesó fronteras y se instaló en Colombia como instrumento del régimen para disipar cualquier conato de organización social e instrumento de la lucha contrainsurgente; el paramilitarismo en la actualidad actúa en completa convivencia con las Fuerzas Armadas (FFAA).

El paramilitarismo es un fenómeno mundial, atraviesa la historia de la humanidad desde el surgimiento mismo de las guerras. Es toda actuación por fuera de la normatividad y las costumbres de la guerra en cada momento, donde los círculos de poder crean las estructuras operacionales que les permiten obtener ventajas que no las tendrían si se acogieran a dichas normas y costumbres.

En Colombia hizo su propio curso y como los ríos subterráneos que aparecen por temporadas y pueden verse, pero siempre tratando de ocultar sus vasos comunicantes con los poderes, que desde siempre han sido parte del Estado en todas sus expresiones: Grupos económicos y empresarios, clase política, Fuerzas Armadas, Fiscalía y Organismos de seguridad del Estado.

Partiendo de la experiencia norteamericana en la década de los 80 del siglo pasado, cuando las operaciones contrarrevolucionarias en Nicaragua y Afganistán se financiaron con negocios de narcotráfico, luego se implementó en Colombia en la década de los 90 cuando se les dio «patente de corso» para financiarse de igual manera, pasando enseguida a la experiencia “macro” de las AUC bajo el mando de los Castaño, Mancuso, Jorge 40, Macaco, Don Berna y demás lista de personajes que fueron vedettes de los grandes medios institucionales, algunos de ellos hasta fungieron de generales, hoy podría decirse que para ese entonces la clase dominante y hasta los “grandes medios” veían como bendito el dinero narco que les permitía hacer contrainsurgencia.

Desde luego que el narcotráfico ha jugado en todo este entramado facilitando la aplicación de la doctrina contrainsurgente, tanto para «contaminar» con sus vicios y pecados a la insurgencia para degradarla e ilegitimarla, como para combatirla militarmente.

El Clan del Golfo, en la actualidad reúne esa práctica mixta en la gran lógica contrainsurgente. Ahí llegó gente proveniente de los desmovilizados del Ex-EPL en 1991 como fue el caso de «Otoniel», pero también de las Ex-Farc desmovilizadas en 2016.

Antes de la desmovilización de las Ex-Farc los mandos de los Frentes 5, 18, 34 y 57 que operaban en el Chocó facilitaron el tránsito de los paramilitares del Clan del Golfo desde Urabá hasta Istmina en el Chocó. Ciopas, Daniel y Canadá, mandos de estos frentes, luego de la desmovilización de 2016 se vincularon al Clan y llegaron a ser predominantes en la línea de mando, siendo vistos en ese mundo como amenaza para la jefatura paramilitar. En ese ascenso de estatus en estas bandas, Ciopas sería cuñado de «Otoniel».

Para el 2018 en el Gobierno de Iván Duque se les facilitó a los paramilitares desplazarse en 8 grandes lanchas desde Turbo, cruzaron el Golfo de Urabá y subieron por el Río Atrato hasta la cabecera municipal de Río Sucio, instalando en ese lugar su centro de operaciones desde donde se controla su emporio narco, ahí funciona en la actualidad «Monseñor» su principal capo. 

De esta manera dicha alianza le permitió al Clan del Golfo abrirse camino hacia el Chocó y construir, de oriente a occidente, las cuatro rutas hacia el Pacífico para conectar sus playas con los grandes laboratorios que están ubicados en Brazo Montaño sobre la cuenca del río Atrato, y el de Cacarica en el bajo Atrato. Así de sur a norte sus puestos de embarques de coca están en Puerto Pizarro, Bahía Cupica, Juradó y la cuarta por el Darién sale a Panamá por el río Balsa, desde donde se aprovisiona a las embarcaciones que recogen los embarques en alta mar, todo con la permisividad y protección de la Fuerza Naval.

A lo largo de estas cuatro rutas se encuentran numerosas instalaciones militares del Ejército y de la Infantería de Marina. Desde el Atrato hasta la cordillera Occidental los protege el primero, y de ahí hasta el litoral se encarga la segunda. Como se dice en argot popular el negocio del narcotráfico «da para todos», sobre todo cuando se trata de pagar apoyo militar. 

Para estabilizar estas rutas realizaron asesinatos de líderes y masacres de habitantes de la región, los que se quedaron son obligados a colaborar. Todo esto con el apoyo y consentimiento de los militares que son el mayor soporte para que este gran negocio funcione.

En su afán de enriquecimiento y para construir su propia fortuna, Ciopas se robó un cargamento de cocaína y fue haciendo su camino de la mano con un «traqueto» llamado «Boyaco», quien estaba interesado en llevarse a Ciopas para el Cauca a trabajar con el Cartel de Sinaloa y abrir la ruta del Cauca hacia el norte.

Esta afrenta al Clan no podía pasar inadvertida, quienes en febrero de 2023 realizaron una especie de «cónclave» en el área de Acandí, ahí decidieron matar a Ciopas y Daniel, dejaron vivo a Canadá y lo enviaron a combatir para tratar de abrir la ruta del río San Juan en el Chocó, así metieron en cintura a los Ex-Farianos y recuperaron el control para el Clan. A Ciopas le quitaron todos sus bienes «mal habidos» en su torcido camino de «deslealtad» trabajando para el Cartel de Sinaloa.

El negocio del Clan del Golfo no es solo el narcotráfico, en la actualidad le está cobrando a las comunidades de la región el 30 por ciento que reciben por los bonos del carbono. Ahora sus ingresos se hallan multiplicados por el paso de los migrantes que van por la ruta del río Salaquí por el Darién y que salen a Panamá por el río la Vega, mensualmente por esa ruta transitan cerca de 50 mil personas al mes, a quienes le cobran mil dólares por cabeza, así se meten al bolsillo la módica suma de 50 millones de dólares al mes.

En todo el territorio está el ELN y sigue combatiendo tanto al Clan del Golfo como al Ejército y la Infantería de Marina, este maridaje entre los paramilitares y el Estado es la concreción de quién es el que está vinculado al narcotráfico y lo que habrá de discutirse cuando abordemos este asunto en el actual proceso de paz. Estos no son inventos o cuentos chimbos como lo son los supuestos cargamentos que mueve el ELN, como quiso mostrarse con el alboroto del embarque que llegó a Italia, aún seguimos preguntando ¿cuáles son los guerrilleros del ELN capturados? puro cuento, porque el ELN no está vinculado a este negocio.

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