EL CUERPO NO PUEDE VIVIR SIN LA MENTE
Ernesto Alzate
El sistema capitalista basado en la explotación del hombre por el hombre y la acumulación de capital en un reducido grupo poblacional, ha ocasionado una crisis de civilización con repercusiones socioeconómicas y medioambientales, que es ocultada o minimizada a través de diferentes medios de comunicación.
“Espero justo lo que siempre he esperado,
Que tomes tu propia decisión.
Créame o no”…
Matrix
El escenario que viven los pueblos a nivel Latinoamericano, específicamente Colombia, sometidos a un proceso histórico que configura el sistema mundo-capitalista, es la muestra de las amenazas que enfrenta la región en pleno siglo XXI. Estos problemas van desde los conflictos socio-ambientales, la explotación del hombre por el hombre, la implementación de megaproyectos, la negación de la participación política, la corrupción al interior de las instituciones y la sociedad, la violencia estructural y la transgresión cognitiva entre otras variables, que son parte de la crisis civilizatoria que afrontan los pueblos en la actualidad.
En este contexto, se viene moviendo el concepto de Guerra Cognitiva, que supera con creces a las llamadas guerras de cuarta generación o guerras mediáticas, que a través de imágenes, audio o vídeos, justifican acciones bélicas y agresivas contra los pueblos. La guerra cognitiva en su significado más simple trata de cambiar la forma de concepción de la realidad en un territorio determinado; la forma como el cerebro descifra y en muchos casos cómo se convierten en armas de guerra, para cambiar la forma de pensar de quien ha sido sometido a estas estrategias.
Esto en la actualidad no es una simple idea, es una realidad, concentra su accionar a través de imagenes, audios, aplicaciones específicamente en el cerebro de los sujetos, por la vía del internet (redes sociales como TikTok, Kwai, Instagram, etc) y medios masivos de comunicación de diversa índole (Radio, prensa, Televisión, Cine) que bajo una repetición sistemática y organizada logran, a largo y mediano plazo, cambios estructurales de manera colectiva en el pensamiento de seres humanos, poniéndolos de parte del agresor para mantener el statu quo.
En este orden de ideas podemos decir que la realidad colombiana no es ajena a esto, los grandes medios de comunicación, entre ellos las redes sociales, enfilan su accionar de guerras psicológicas, propaganda y desinformación, en función de la estrategia imperialista, lesionando la psiquis de la población colombiana. Buscando aplastar cualquier atisbo de rebeldía del pueblo y negando la posibilidad de que otra construcción social sea posible, llevando a los pueblos a su autodestrucción cultural, medioambiental y agudizando la crisis civilizatoria en la que se encuentra la humanidad.
En este panorama tan sombrío las reflexiones debemos hacerlas de manera individual y colectiva, para esto debemos preguntarnos: ¿Somos víctimas de la guerra cognitiva y no nos hemos dado cuenta?, ¿en mi círculo social cercano son víctimas del ataque de propagandas?, ¿qué medidas debemos tomar para no ser víctimas de la manipulación por estrategias comunicacionales que llegan a mi vida por los diferentes medios a los que accedo?, ¿soy consciente cuando tomo decisiones o estoy influenciado?
Con estas mínimas preguntas podríamos reflexionar y hacer conciencia individual y colectiva de lo que se vive hoy en el mundo, siendo el primer paso para salir de esta agresión que vivimos día tras día. La invitación es a tener un pensamiento crítico, a ser transformadores y tomar la rienda de la vida quitándonos la venda que nos mantiene en la oscuridad.