Editorial,  FGDRC,  INSURRECCIÓN

LOS COLOMBIANOS PERDEMOS PODER ADQUISITIVO

Chavela Villamil

El poder adquisitivo per cápita es determinante para la dinámica del mercado de una economía, cuando este disminuye el mercado se desacelera por caída abrupta de la demanda, más grave aún, decae la calidad de vida y se incrementa la pobreza monetaria.

De acuerdo al más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el primer trimestre de 2023, a pesar del repunte de los salarios nominales el salario anual real cayó en promedio 4,8 por ciento en 34 países de la OCDE. En el conjunto de los países que componen esta organización, entre diciembre de 2020 y mayo de 2023, los salarios mínimos legales aumentaron un 19 por ciento, mientras los precios de los productos básicos en promedio aumentaron 29,6 por ciento durante el mismo periodo [1]. Además, el incremento en servicios públicos como la electricidad, el gas natural y propano, la gasolina y los arriendos, impactan con fuerza el Costo de Vida y decrecen aún más el poder adquisitivo, en especial de las capas sociales medias y bajas, cuyo nivel de ingreso es igual o inferior a dos salarios mínimos.

La OCDE advierte que se ha incrementado ostensiblemente la pérdida de poder adquisitivo entre los trabajadores de menores ingresos, en gran medida la inflación (12,1 por ciento) ha reducido los bienes y servicios que se pueden adquirir con un salario mínimo o con mesadas inferiores a este, por ende, esto merma el valor real de los salarios y provoca una pérdida de poder adquisitivo en los sueldos sin que se dé un decremento explícito.

En dicho informe la OCDE asevera que los salarios mínimos legales nominales han seguido el ritmo de la inflación por ende están desequilibrados respecto al poder adquisitivo, además la proliferación del empleo informal incrementa la perdida en la capacidad de compra de las personas con bajos ingresos” [2]; por esta razón esta organización recomienda continuar tomando medidas que decrezcan la inflación y, a su vez elevar el salario mínimo y potenciar la negociación colectiva, de esta forma se incrementaría el poder adquisitivo per cápita.

La pérdida de poder adquisitivo per cápita ligado a la inflación, el desempleo y el empleo informal han incrementado la pobreza monetaria y la desigualdad. Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el 40 por ciento de la población colombiana consume alimentos 2 veces al día o menos, y el 31 por ciento de la población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria moderada o severa [3].

El desempleo y el empleo informal decrecen el poder adquisitivo

La tercerización laboral, la pauperización de las condiciones laborales y salariales, el recorte de horas extras, entre otros, si bien son problemas trascendentales para el sector laboral que tienen repercusión directa en la calidad de vida de la población, abren paso al que se constituye como el principal problema: la baja oferta de plazas laborales y en especial la preponderancia del empleo informal; esto genera una burbuja financiera especulativa que no incrementa el poder adquisitivo per cápita, pero contribuye al incremento de la inflación, la desigualdad y, la pobreza multidimensional y monetaria.

Según el Dane en mayo la Tasa Nacional de Desempleo fue de 10,5 por ciento y en las 13 principales ciudades la media fue de 11,2 por ciento; en el mismo periodo la Tasa de Empleo Informal fue de 59,5 por ciento, 6 de cada 10 trabajadores tienen un ingreso mensual inferior a un salario mínimo, por ende, carecen de prestaciones sociales y tienen un bajo poder adquisitivo.

Necesitamos Cambios en el modelo económico y laboral

La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, prioritariamente subsidiar capas bajas de la sociedad, el sistema actual no genera ni inclusión social ni sostenibilidad ni mucho menos crecimiento y productividad, por tanto se requiere un modelo que fomente el desarrollo integral de la producción nacional, y que a su vez disminuya el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de intereses de la Deuda Externa) e incremente de manera integral el Gasto Social.

Subsanar la crisis socioeconómica, dinamizar la economía y enfrentar su colapso requiere incrementar el poder adquisitivo per cápita, lo cual demanda una política de empleo formal que disminuya el desempleo y reduzca el subempleo, por lo tanto, se necesita una Reforma Laboral que centre sus esfuerzos en la formalización del empleo, la generación de nuevas plazas laborales formales y con prestaciones de ley; en otras palabras, salir de la crisis económica demanda generar empleo bien remunerado.

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