LA INFLACIÓN NO SE ESTÁ DESINFLANDO
Claudia Julieta Parra
Durante tres meses consecutivos ha habido una pequeña disminución de la inflación, pero aún tiene índices muy elevados; además el precio de los alimentos continúa muy alto, que hace poco probable una reducción de la inflación por debajo de los dos dígitos.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), durante el mes de junio la inflación llegó a 12,13 por ciento; este indicador completó 3 meses consecutivos a la baja, sin embargo, continúa por encima de los dos dígitos y su decrecimiento es muy lento y puede tender a estacionarse o reversarse. Por ende, es apresurado aseverar que “la inflación ya encontró techo y su curva empezó a decaer”.
Pese al decremento de la inflación los precios de los alimentos básicos continúan elevados, su media ponderada oscila en 29,8 por ciento. Es mínima o casi nula la disminución del valor de los alimentos, los arriendos y los servicios públicos, que son determinantes en la inflación y el costo de vida. El valor de los productos está determinado por la oferta y la demanda y no por la inflación, por ende la disminución en este indicador, genera que bajen los costos de producción, pero no implica un decremento automático del valor de los productos.
En Colombia la inflación se debe en primer lugar, al gran volumen de importación de materias primas, productos básicos y suntuarios que traslada los efectos inflacionarios globales a nuestra economía y en segundo lugar, a la devaluación de la moneda nacional ya que esto incrementa el valor de los productos importados, lo cual contrae la oferta y estanca el mercado. Además, el desempleo y la proliferación del empleo informal -6 de cada 10 trabajadores viven del rebusque-, diezma el poder adquisitivo per cápita, que genera una caída abrupta de la manda que incrementa la inflación.
El empleo bien remunerado es el motor de los mercados, toda vez que el empleo da solidez a las economías familiares y otorga poder adquisitivo per cápita, que inyecta masa monetaria y dinamiza las economías, en otras palabras, los salarios permiten adquirir productos y esto hace que las empresas produzcan más y por ende requieran más empleados, generando la dinamización de la economía. Por lo tanto, llevar la inflación por debajo de los dígitos tiene implícito una política económica que fortalezca la producción nacional y genere una gran cantidad de plazas laborales formales.