Editorial,  INSURRECCIÓN

CHIQUITA BRANDS PATROCINA EL NARCOPARAMILITARISMO

Sergio Torres

El 10 de junio se conoció la sentencia de la Corte Federal del Distrito Sur de la Florida, EEUU, a favor de 8 víctimas de los paramilitares. El tribunal ordena a Chiquita Brands el pago de 38,5 millones de dólares por haber financiado esas bandas terroristas de derecha.

El juicio contra la transnacional bananera Chiquita Brands había sido interpuesto por familiares de 8 víctimas de los narcoparamilitares de las autodenominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC); el tribunal determinó la responsabilidad de la empresa en la asistencia y apoyo a estos narcoparamilitares. Chiquita había argumentado que se trataba de pagos por extorsiones, pero la sentencia determinó que los dineros consistían en un patrocinio a tales bandas.

Una sentencia histórica contra el terror de Estado

Esta empresa antes se llamaba United Fruit, cuando ejecutó la masacre de obreros bananeros en Ciénaga, Magdalena, el 6 de diciembre de 1928. En 2007, esta compañía ya había hecho un acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos pagando 25 millones de dólares, al reconocer que había hecho aportes a los narcoparamilitares por 1,7 millones de dólares.

Dentro de pocos días prosigue otro juicio contra Chiquita, por 10 demandantes; como precedente y base para las nuevas demandas, el fallo del 10 de junio tiene implicaciones históricas, según lo planteó la abogada de las víctimas:

“Fortalece el marco internacional de derechos humanos al mostrar que las víctimas sí pueden buscar justicia y reparación a través de los sistemas legales, incluso contra entidades empresariales poderosas… Este veredicto envía un mensaje claro a las empresas a nivel global, de que el lucro no puede justificar la complicidad en abusos de los derechos humanos, la financiación de grupos armados, y la colaboración con los actores que cometen las atrocidades tan graves” [1].

La respuesta de Chiquita Brands fue tan cínica y criminal como su historia, quien en un comunicado señaló que: “la situación en Colombia fue trágica para tantos, incluyendo los que fueron afectados directamente por la violencia allá. Sin embargo, eso no cambia nuestra convicción de que no hay ninguna base legal para estas demandas”.

En Colombia hegemoniza la impunidad

Es de resaltar que todos los casos en que se ha condenado a Chiquita Brands, han sido tribunales en el exterior; es decir, la justicia en Colombia no ha arrojado ninguna condena contra el patrocinio y asociación de la compañía en los crímenes cometidos por narcoparamilitares.  Esto a pesar de la existencia de documentación, investigaciones e incluso materiales desclasificados de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de los EEUU.

En tal sentido, este se constituye en una muestra más de como el Estado colombiano está totalmente coludido en estas prácticas criminales. Desde las conocidas Cooperativas de vigilancia y seguridad privada Convivir, que fueron el instrumento por donde se canalizaron muchos de estos patrocinios, hasta crear un amplio entramado de financiación paramilitar que ha cobrado la vida de miles de colombianos y colombianas, y que sigue desarrollándose a través de grupos narcoparamilitares que continúan desarrollando la estrategia trazada desde el Estado.

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[1] La oscura influencia en América Latina de la bananera de EEUU, United Fruit Company y su heredera Chiquita Brands. Verdadabierta.com

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